4 de octubre de 2014

diez años después de este texto, iom kipur en casa!

kol nidrei en versión impía


“Diré a Dios: ¡No me condenes,
hazme saber por qué me enjuicias!

¿Acaso te está bien mostrarte duro,

menospreciar la obra de tus manos,

y el plan de los malvados avalar?”

(Libro de Job, Antiguo Testamento)

ninguna cosa en la casa
sometida al recogimiento
doquiera la mirada posa
encuentra el alimento expuesto
debiera concentrarse en Él

lo que la sustrae de la restricción
no es el apetito
no es el deseo
ni la calle bulliciosa

sin molestia en el balance
es su estado habitual
ni angustia alguna en el silencio
ese vacío amigable

un día del perdón para dejar desnudo
el hueso del pensar
el conocido hábito de la evaluación

nudo desliado rutilante cadena sin candado
absoluta necedad de hacer follaje del hierbajo

esta noche introspectiva
injustificada inundada de 
nada de nada
(más de una hora buscando
un epígrafe apropiado)
apenas la intención de levitar
algo ofrendando

no va a ir a Ceuta
no besará los rollos
no escuchará el shofar

'mamá: sin menudos de pollo antes de la primera estrella.
papá: qué lejos queda la tefilá de la calle Piedras.
no pasaron veinte días de firmado el contrato
(mi primer kipur laborado)'

para salir del ayuno mañana
apenas un dulce birlado
del mostrador del bar
cree que quizás
la horchata de chufa
se parezca a las fishuelas

aunque la condenada sepa 
sobre culpas y perdones mejor
que el primero de los hombres

lo sigue desafiando


Botbol G. (en "poemas de la segunda parte", 2004-2006)
Estepona, Octubre de 2004.-



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